Medellín, Antioquia 30 de Julio de 2024. Julio Álvarez, de 47 años, es un ejemplo de superación y resiliencia. A sus 33 años sufrió una enfermedad que le dejó una discapacidad física, afectando su vida y la de su familia. Sin embargo, encontró en el SENA un camino hacia la recuperación y el crecimiento personal, actualmente estudia la técnica de Asesoría Comercial del Centro de Comercio de la Regional Antioquia.
Julio, padre de dos hijos, recuerda con emoción los desafíos que enfrentó al comenzar su formación en el SENA. «Mis hijos eran muy pequeños cuando me enfermé. Fue muy difícil para ellos, pero siempre fueron mi fuerza. Llegué al SENA con la meta de volver a trabajar y recuperar mi vida. Pero aquí encontré más que eso, encontré la oportunidad de ser una persona completa y alcanzar metas más grandes», expresó.
En el SENA, Julio descubrió que su discapacidad no le impedía aprender y desarrollarse. «El SENA me ha brindado muchas oportunidades. Mi profesor, Jaime Posada, ha sido fundamental en este proceso. Él sabe manejar nuestras dificultades y nos hace sentir como cualquier otro estudiante. Aquí no importa si tienes una discapacidad, lo importante es mostrar lo que puedes hacer», destacó.
Julio también agradeció a su profesor por su dedicación y apoyo. «Jaime Posada es una persona que trabaja con mucho amor y comprensión. Gracias a él y al SENA, hemos podido superar muchas barreras y demostrar que somos capaces de lograr grandes cosas», añadió.
Para el SENA, Julio representa un ejemplo de superación y un recordatorio de la importancia de la inclusión y la diversidad. «El SENA ha sido nuestra casa y nos ha permitido cambiar nuestras vidas. La apertura y el apoyo que hemos recibido aquí son invaluables. Espero que más personas con discapacidad puedan encontrar en el SENA las mismas oportunidades que yo he tenido», concluyó Julio.
Para Julio, la experiencia en el SENA ha sido transformadora. «Cuando llegué a la empresa para hacer mis prácticas, al principio todos querían ayudarme con todo, lo cual agradezco. Sin embargo, les mostré que, a pesar de mis dificultades, podía hacer mi trabajo tan bien como cualquiera. Eso les hizo entender que, aunque tengo una discapacidad, soy capaz y eficiente.»
El mensaje de Julio para otras personas con discapacidad es claro y poderoso: «No se detengan por sus limitaciones. El SENA nos ha dado las herramientas para ser mejores, no solo como profesionales, sino como seres humanos. Nos ha enseñado a no olvidar lo que tenemos, pero también a mirar lo que podemos ser. La felicidad está en ser nosotros mismos y en demostrarle al mundo que somos capaces de alcanzar grandes cosas.»
El SENA continúa siendo un referente en la inclusión y apoyo a personas con discapacidad. A través de programas educativos y de formación, la institución ha transformado la vida de muchos colombianos, brindándoles no solo habilidades técnicas, sino también un espacio para el crecimiento personal y la recuperación de su independencia.